Las medidas tomadas por diferentes naciones para enfrentar la crisis sanitaria, han generado impactos positivos en el medio ambiente, lo que se refleja, en la disminución de gases de efecto invernadero. Este escenario invita a repensar el cómo potenciar el desarrollo de ciudades
Hoy la reflexión en torno al coronavirus y sus consecuencias para la humanidad, también ha logrado generar una discusión sobre los posibles efectos positivos que provocará en el medio ambiente. De esta forma, las organizaciones que se rigen por los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS), instaurados por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), trabajan en cómo hacer posible construir ciudades amigables con el medio ambiente y que, al mismo tiempo, tengan una fuerte capacidad de resiliencia.
La pandemia le ha dado un “respiro al planeta”, como hemos podido ver todos en algunas imágenes satelitales publicadas por la Agencia Espacial Europea, que exhiben una significativa disminución del dióxido de carbono equivalente en China y Europa. También se ha generado una suerte de emancipación de la fauna silvestre, liderada por el avistamiento de animales salvajes en sectores urbanos que han dado que hablar en distintas partes del mundo, incluido nuestro país.
Pero, este positivo escenario también necesita de una segunda mirada, ya que al término de la crisis sanitaria el reto climático seguirá más presente que nunca, esto por un posible “efecto rebote” en materia de contaminación ambiental. El desafío entonces es realizar un cambio en la actual manera en que los ciudadanos habitan las urbes. “Debemos cambiar la cultura acerca de lo que consumimos, cómo nos trasladamos e incluso cómo nos alimentamos, y debemos construir una sociedad más resiliente, que aproveche los espacios públicos, que disminuya de una vez por todas sus emisiones y que aproveche este tiempo para reorganizar sus instituciones”, explica Francisco Valdivieso, Líder del Área de Consultoría y Sostenibilidad de Arcadis Chile, compañía experta en consultoría socio-ambiental.
Según el profesional, la crisis que ha provocado el Covid-19 abre una ventana para poder replantearse cómo construir un futuro más sostenible. “Nos estamos dando cuenta que es necesario cambiar nuestras costumbres, debemos aprovechar la transformación digital que nos ha permitido comprobar que es factible trabajar desde la casa, manteniendo la eficiencia y minimizando la utilización del transporte público y su emisión de gases de efecto invernadero y, por otro lado, hoy sabemos que se puede convivir con la naturaleza y con nuestra propia sociedad de una manera más armónica”.
De todas formas, este cambio debe estar liderado por empresas, autoridades e instituciones, quienes deben visualizar dicho proceso de permutación como un todo. Las diversas entidades públicas y privadas tienen la misión de innovar en materias tan variadas como modificar la matriz energética, dar un mejor uso a los espacios públicos o desarrollar nuevas formas de transporte que sean más sostenibles. “En Arcadis ya nos hemos abocado a aumentar la generación de proyectos que cuenten con un diseño, implementación y desarrollo sostenible, y por lo mismo, formamos parte de organizaciones y convenios a nivel mundial que se dedican a mejorar la forma de construir sociedades más resilientes. Como compañía nos asociamos con nuestros clientes y otras empresas líderes para contribuir a lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas y formamos parte del World Business Council of Sustainable Development (WBCSD), cuyo objetivo es desarrollar e incorporar soluciones a problemas actuales como la urbanización y movilidad sostenible, así como de economía circular. Gracias al trabajo en conjunto con ONU Habitat estamos generando acciones que permitan mejorar la calidad de vida de los ciudadanos esto último impartiendo cursos sobre diseño de ciudades con foco en la adaptación y mitigación para el cambio climático”, complementa Francisco Valdivieso.
Finalmente, el experto señala que “el Covid-19 nos ha vuelto a recordar que contamos con las herramientas necesarias para construir una sociedad más resiliente y con los conocimientos indicados para elaborar un futuro sustentable y sostenible. Solo queda unificar la tecnología, junto los recursos económicos y políticas medio ambientales eficaces para no desviar el rumbo”.